Todavía lo comentaba hace poco con un colega de carrera. Las redes sociales de masas están estirando hasta el infinito nuestra etapa adolescente. Y digo adolescente por ser generoso. Diría que Facebook está prolongando indefinidamente nuestra etapa infantil ¿Qué hacen personas de 24 años jugando al Farm Ville o dando de comer a los peces de un acuario virtual? Yo creía que aquello de cuidar a un bicho imaginario, había muerto con el Tamagochi, pero por lo visto no.
Pues aprovechémonos de esto. No es nada nuevo. Por ejemplo, los juegos sociales disponibles desde el propio Facebook ya representan una parte importante de los ingresos de la compañía. Y hablamos de unos ingresos de más de 1000 millones de euros en 2011, con unas expectativas de crecimiento superiores al 50 por ciento para 2012. Vamos, que no es ninguna broma.
Pues todos a jugar!
No se trata de ponerse a fabricar juegos para Facebook. Tampoco se trata de creer que inventando el nuevo Farmville nos haremos millonarios. Desde mi punto de vista, se trata únicamente de ser un poco sensibles a esta tendencia. Saber que aunque ya somos adultos, las fotos de gatitos en posiciones mimosas siguen recibiendo decenas de “likes”. Que si miramos los tablones de nuestros amigos, nos daremos cuenta de que realmente todavía no hemos crecido del todo. Y quién sabe si algún día lo haremos. No lo comento como núcleo duro de una idea de negocio, pero sin duda lo tendría en cuenta a la hora de saber a qué tipo de público me estoy dirigiendo con determinados productos.
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