Sólo importa el fin



Cuando ves el tipo de fotos que suben los adolescentes de hoy en día a las redes sociales, te das cuenta de que algo ha cambiado. Donde han quedado esas fotos amateur que todavía guardaban grabadas en el margen la fecha y hora de la captura, con el color y la tipografía más horribles que un ser humano pudiera imaginar. Ya no hay de eso. Ahora, quien más y quien menos tiene una cámara reflex - con telarañas en la zona del modo manual de la ruedilla, eso sí - o sinó, raro es que alguien del grupo no tenga un smartphone con el famoso Instagram instalado.

Y de eso me gustaría hablar hoy. Instagram ha democratizado el arte final de calidad. Todos pueden hacer una foto que sería digna de cualquier anuncio de revista. Todos disparan y todos tienen su recompensa. No quiero remontarme a la época analógica, donde el dominio de la técnica debía ser brutal. Me basta con pararme hace 4 o 5 años, cuando los que queríamos darle un efecto curioso a una foto, teníamos que ver tutoriales de Photoshop y luchar contra los filtros y capas del mágico programa. Eso ya no pasa.

Pero hay que asumirlo. Si manejar las funciones principales de un programa de retoque fotográfico ya no aporta nada nuevo que no pueda hacer un chaval de 15 años con su móvil, tendremos que asumir que la idea o el concepto deberá superar la ejecución. Así de simple.


0 comentarios:

Publicar un comentario

Con la tecnología de Blogger.

Labels

Labels

Blogger templates

Blogger news

Search